lunes, 5 de marzo de 2007

Aquella luna


La luna
que te robaste del cine
bailaba
en tu mesita de luz
completamente
libre e imposible.
Libre
e imposible.
Pensaste en todo.
En todo
excepto en que,
cuando una idea
se escapa de sí misma,
del amor transitorio
por un cuerpo,
traiciona
indeleblemente
al conspirador.
Te traiciona
en la última piecita
donde ha terminado
por esconderse
de vos.

1 comentario:

Eduardo Valdivia dijo...

Es duro saber que te hacen a un lado solo por un cuerpo; pero es mas duro saber que tu cuerpo y tu ser mismo no son suficientes para retener a tu lado a quien amas.

La mujer es el don mas preciado en la vida de un hombre, pero asimismo es la causante de la mas honda y terrible de las soledades.

Benditas mujeres, licor exquisito que con una sola gota te embriaga, una copa te hace adorarlas y se quedan con la botella.

Escribes muy profundo y con mucho contenido creo conocerte de mucho tiempo aun y cuando es la primera vez que te leo.